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Las golosinas de la naturaleza se enamoran del ibérico

Las frutas son una golosina natural, sabrosa y variada. Asociadas al jamón ibérico, las frutas sirven para elaborar entrantes tan sencillos como sabrosos.


Receta de melón con jamón ibérico de Tu Jamón Directo

Las frutas eran las golosinas que regalaba la naturaleza antes de que se inventaran las golosinas. Su dulce sabor nos complace y nos aporta azúcares diferentes a los producidos de forma industrial, azúcares más sanos y que, ¡oh sorpresa!, no engordan. La fruta, además, nos aporta refresco, lo que en verano la convierte en un bálsamo que libera la boca de sequedades sobrevenidas, de la necesidad de tener un vaso de agua que nos permita pasar cada bocado.

Así vista, no es de extrañar que la fruta case tan bien con el padre de todos los consensos: el jamón ibérico de bellota. Ambos, fruta y jamón de la mano, son base suficiente para un plato (un piscolabis, una comida, una merienda-cena…) que nos satisfaga desde la doble perspectiva: la alimentaria y la culinaria; la de la nutrición y la del sabor.

Cuando utilizamos en la misma frase las palabras ‘jamón’ y ‘fruta’, nuestra mente nos lleva a visualizar una combinación en la que, casi de forma indefectible, se asocian el melón y el jamón, pero existe vida frutícola más allá del melón. Un buen jamón ibérico de bellota, y eso es lo que entre otras cosas de la misma familia ofrece Tu Jamón Directo, enriquece, acompaña y engalana a las fresas, las peras, las sandías, los melocotones, las piñas, los mangos, las moras, los albaricoques, las frambuesas… conformando una mezcla que hará las delicias de nuestro paladar por exigente que este sea. Los diferentes sabores, los variables tipos de dulzor, las diferentes texturas, permitirán que el jamón no habite solo y sienta todas las ventajas que proporciona una agradable compañía.

A partir de ahí, para la presentación, se nos ofrecen diversas variantes: desde lo más simple, un plato con ambos elementos por separado, pasando por la creación de ensaladas, hasta unas vistosas brochetas en las que los pedazos de frutas y el jamón vayan alternándose prestos y dispuestos en fila para ir saliendo directos a nuestra boca.

Incluso, aunque aquí el matrimonio necesite un punto de calor para una perfecta realización, aunque haya que esperar al otoño para apreciar este calorcito, los higos se muestran como una perfecta pareja para conformar un maravilloso entrante.

La naturaleza en sus inabarcables estantes, nos ofrecen la fruta como golosina; la misma naturaleza nos fue enseñando a elaborar los mejores jamones ibéricos de bellota; ahora, aparecen juntos, van de la mano, y la propia naturaleza nos pide que no les separemos.

Salud y fresquito.

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