jamon directo guijuelo

La merienda, el mejor recuerdo de la niñez

Tu jamón directo quiere recordar los felices momentos de las meriendas de la infancia con algún pequeño consejo para poner en valor las ventajas de los productos ibéricos.


Debe de ser algo parecido a lo que ocurría a los famosos perros de Pavlov, aquellos con los que el fisiólogo ruso experimentó para llegar a entender mejor los reflejos condicionados, nuestros comportamientos no conscientes, nuestras respuestas cotidianas a los estímulos que no se asocian directamente con la acción propuesta. Seguro que han oído hablar de estos experimentos. Pavlov, por ejemplo, hacía sonar una campanilla antes de dar a sus perros la ración correspondiente de comida. Así un día, otro y otro. El sonido de una campanilla, evidentemente, no se puede comer, pero, los canes, al relacionar la comida con el tintineo, salivaban con el simple tañer de la campana. Vamos, que el sistema digestivo comenzaba a funcionar sin necesidad de tener la comida presente.

Los humanos funcionamos de la misma forma. Relacionamos un olor, un sabor, un lugar con alguna experiencia y reaccionamos como si reviviésemos tal experiencia. También nos pasa con las palabras. Quizá por eso, escuchar la palabra merienda nos provoca una sonrisa. Al fin y al cabo, ese rato de la media tarde era un momento de felicidad en nuestra infancia: marcaba el fin de las clases, el encuentro en la calle con los amigos, la sensación de libertad. Aquellos recuerdos infantiles, como el sonido de la campanilla, consiguen que salivemos metafóricamente.

Si a la palabra ‘merienda’ le sumamos otras como ‘jamón’, ‘lomo’ o ‘chorizo’ la felicidad aumenta porque, de entre todas las meriendas, esas eran las mejores. En homenaje a esa infancia pasada, con la intención de que esos recuerdos se transmitan, también, a nuestros hijos y con el aval de ofrecer los mejores productos para preparar grandes meriendas, desde tu jamón directo queremos hacer algunas sugerencias:

  • Al bocadillo de lomo ibérico de bellota, le sientan muy bien unos pimientos verdes fritos. Valen los pimientitos más pequeños o los más grandes previamente cortados en láminas.
  • El jamón ibérico de bellota es sabroso por sí solo, pero si untamos el pan con jugo de tomate -jugo extraído de pasar con fuerza el propio tomate por el pan- y después añadimos unas gotitas de aceite de oliva virgen extra, el bocadillo estará para chuparse, literalmente, los dedos.
  • El chorizo ibérico de bellota sirve para ‘preñar’ el pan. Con unas simples masas de las de elaborar las empanadillas podemos preparar un delicioso bollo ‘preñao’.

Un apunte final, las meriendas con embutido, además de todo lo que ya sabemos, y gracias a su aporte en vitaminas y proteínas, son saludablemente recomendables.

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