El chorizo ibérico también tiene su propia historia
Uno de los embutidos más característicos y más tradicionales de nuestra gastronomía es el chorizo ibérico. Hoy nos adentramos en su historia para que podáis conocer mejor este riquísimo alimento tan nuestro.
De qué está elaborado el chorizo ibérico
El chorizo ibérico contiene carne picada, tocino de cerdo, y sal, se diferencia al de otros países porque el nuestro debe estar condimentado con pimentón y ajo. Todos sus ingredientes se introducen en una tripa natural de cerdo, esta puede ser del intestino delgado o del intestino grueso, el último de ellos reconocido con el nombre de cular.
El chorizo ibérico debe ser curado, pudiéndose realizar al aire, eso sí en lugares con unas determinadas características de temperatura y humedad. Las condiciones óptimas del lugar son que sea seco y frío, porque un excesivo calor o mucha humedad lo pueden estropear. Otra posibilidad es iniciar la curación ahumándolo. Con este tipo de curación se evita que entren los insectos porque el humo los echa. Una adecuada combinación en la proporción de los ingredientes y una curación tradicional nos aportará un producto natural y de gran calidad.
Breve historia del chorizo ibérico
Su origen es muy antiguo, ya que la matanza del cerdo era una de las actividades más tradicionales en los ámbitos rurales y por la cual las familias se equipaban de gran cantidad de carne para todo el año. Dos elementos fueron muy importantes para la aparición del chorizo ibérico, y realmente para todos los embutidos, estos dos son el fuego y la sal, con este último mejoró enormemente la posibilidad de la conservación de los embutidos.
En el siglo XV, la carne se vendía en la carnicería y las piezas provenían de las salas de despiece, pero con los cerdos fue diferente, la matanza se realizaba en los pueblos y el chorizo ibérico se seguía elaborando por la familia, esta tradición fue tal, que todavía hoy permanece en algunos pueblos.
Una de las características que más destaca es su color rojizo que se debe al pimentón, este condimento se presume que apareció en la cocina española aproximadamente a finales del siglo XVI proveniente de América, ya que anteriormente a esta época los chorizos solían presentar un color negro si llevaban sangre o incluso de color blanco.
Como es lógico, esta tradición familiar no siempre se hacía con cerdos de calidad como los que utilizamos en Guijuelo Directo. Esto obviamente, dará al chorizo una calidad superior, tal y como podéis vosotros mismos comprobar comprando chorizo ibérico de Guijuelo. Si os decidís por los loncheados de ibéricos de bellota, recordad que en nuestra tienda online podéis encontrar embutidos ibéricos de bellota envasados al vacío, para que no pierdan su gran sabor y calidad.