Croquetas de jamón ibérico
Las croquetas son una de esas pequeñas delicias que siempre decimos que como las de nuestra madre no hay otras. Una de las ventajas de las croquetas es que están ricas prácticamente con cualquier ingrediente, pero si se eligen productos de calidad como el jamón ibérico, el resultado no tendrá nada que envidiar a las croquetas de tu madre.
El jamón ibérico dotará a las croquetas de mayor sabor
Otra de las ventajas de las croquetas de jamón ibérico es que se pueden tomar en cualquier época del año, tanto con frío como con calor, y a cualquier hora del día, en el almuerzo, en la comida o en la cena.
Además, es un plato que suele gustar tanto a niños como a mayores y que te permitirá consumir jamón ibérico de una manera distinta, pudiendo aprovechar todas sus importantes propiedades beneficiosas.
Ingredientes
– 200 gramos de jamón ibérico de Guijuelo en taquitos
– Un vaso de leche
– 5 cucharadas de harina
– Sal
– Un huevo
– Pan rallado
– Aceite de oliva virgen extra
Preparación
Para hacer cualquier tipo de croquetas, en primer lugar hay que hacer la bechamel. Para ello, se pone un poco de aceite en una sartén a fuego medio y cuando esté caliente, se tuesta la harina. A continuación, se echan los trozos de jamón ibérico y se mezcla bien con la harina. Cuanto esté todo junto, se echa la leche y se va moviendo todo con una cuchara de madera hasta que quede una masa espesa homogénea.
La densidad de la masa también dependerá del gusto de cada uno, hay a quien le gustan las croquetas con la masa más fluida, en cuyo caso hay que dejar la bechamel un poco más líquida. Cuando se termine, se echa la masa en un recipiente y se deja enfriar.
Cuando la bechamel esté fría ya se pueden empezar a moldear las croquetas. El tamaño también es algo que depende de los gustos. Lo ideal es elegir un tamaño medio, que no resulte escaso ni demasiado grande.
Para darle la forma, se bate un huevo en un plato y se echa pan rallado sobre otro plato. El procedimiento para hacer cada una de las croquetas es coger un poco de bechamel con ayuda de un tenedor o una cucharilla, rebozar el trozo en el huevo batido y en el pan rallado y darle la forma que se quiera.
Una vez se les haya dado forma a todas las croquetas, ya solo queda freírlas en aceite de oliva bien caliente. Cuando estén bien doradas, se retiran de la sartén y ya están listas las croquetas de jamón ibérico.
¡Una idea!
¿Se te ha ocurrido alguna vez congelar las croquetas? De esta forma siempre las tendrás listas.
El truco está en congelarlas antes de freírlas, de forma que cuando quieras tomarlas bastará con descongelarlas y freírlas. La próxima vez que prepares croquetas, haz más de las previstas y congélalas. Lo agradecerás.
